lunes, 28 de enero de 2013

Las mandarinas son buenas para todo en estos tiempos




Caminando por el centro de mi ciudad de Aguascalientes me senté en una banca del jardín de los gobernantes, mirando la gente pasar de un lugar a otro y entre el fresco de la tarde, un señor de edad avanzada se sentó en la misma banca donde me encontraba yo, el chiflaba una canción que en los primeros segundo no la reconocí pero al pasar los segundos se trataba de una canción, de la cual yo tenía 2 o 3 días que se encontraba en mi cabeza, era… la llorona, me le quede observando unos segundos y regrese mi mirada hacia el andador.






Breves segundos después el señor de su mochila saco un par de mandarinas, me ofreció una refiriéndose por mi nombre, con un tono de pueblo- toma una mandarina Victor, es buena para todo en estos tiempos-, mi cara de asombro uno porque no sé de donde me conoce y dos no sabía a qué tiempos se refería.


Al agarrar la mandarina respondió mi segunda pregunta que por cierto solo la había pensado- el frió y la apatía tienen el mismo efecto ya que los dos carecen de calor-, normalmente me gusta contradecir todo, esta vez solo sonreí regrese mi mirada a la mandarina y con mis manos empecé a quitarle la cascara que por cierto nunca había sentido una mandarina tan esponjosa como esa, el señor volvió hablar –si las flores son las sonrisas que avienta la vida ¿Qué serán las frutas?-, a lo que respondí,-no lo se…-, él se rió tan fuerte, tan fuerte que lo mire de una forma extraña, y complementa diciéndome,- ¿vez lo que te digo?, de niño inventabas historias fantásticas para impresionar a la vida, situaciones divertidas y demás cosas inocentes, ahora te observo e inventas mentiras para impresionar a la gente, mentiras en laberintos sin salida donde sabes que vas a perder-, sin cuestionarlo comí el primer gajo de mandarina.


Cuando terminé de comerlo le dije –esto me supo….feliz-,a lo que él respondió – tomar una mandarina de un desconocido no es correcto, y normalmente puedes ser pre juicioso dependiendo de quién te la ofrezca, a lo mejor si hubiera sido un gran personaje me la hubieras recibido como si fuera el mejor tesoro del mundo, pero aun así la aceptaste y te gustó-,posó su mano en mi hombro y alcancé a oler su olor a rancho, recuerdo cuando aplicaba exámenes en lugares fuera de la ciudad para mí ese era el olor de la tranquilidad, el olor a paz, el olor a fe y el olor de la curiosidad, quitándose el sombrero con su otra mano lo puso en sus rodillas y de su bolsa sacó un pañuelo color rojo del cual se froto la frente y lo volvió a meter a su pantalón, después prosiguió- hacer lo correcto mucha veces no te dará la felicidad, busca tu felicidad quitando prejuicios y formalidades, quitando máscaras y ataduras, al fin y al cabo el perdón está para aquellos que quieran ser perdonados y todos podemos ser perdonados solamente se necesita voluntad, sinceridad y… una mandarina jajaja, recuerda el tiempo locura todo, todo es una locura-.

No entendía mucho lo que decía, pero si disfrutaba su compañía, después se levantó agarró mi escapulario, lo observo, lo volvió a guardar en mi camisa, me dio 2 palmadas en el pecho y se fue, mientras caminaba él me decía-recuerda las mandarinas  son buenas  para todo en estos tiempos.


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