martes, 10 de diciembre de 2013

Las Elecciones del Parque La Pona


       
 Recuerdo que aquella mañana en el parque la Pona, en donde en la plaza principal del mezquite más viejo, se encontraba el cierre de campaña del partido de los pinacates. Que las pasadas elecciones, habían perdido con una aplastante diferencia; pero que en estas nuevas elecciones venían renovados con sangre joven y entusiasta, con ideas innovadoras para el parque y con una fuerte convicción de la victoria.

Era tanto impacto en los movimientos de campaña, que se veía movilización en todos los sectores de la ciudad, mitin de campaña en el parque de bosques del prado, Debates televisados desde el jardín de la Alameda, acercamiento con la población en los corredores del paseo del rio, junto al Rio San Pedro en el fraccionamiento Del Valle, desayunos en el jardín del encino, etc.

Su labor de campaña no solo era local, ya que venían pinacates de otros estados y podrías verlos por toda la ciudad apoyando y hablando maravillas de sus candidatos.

Por su parte el partido opositor, el de las cucarachas, aunque tenía el control total dentro del gobierno de la ciudad había secciones de la misma como el parque la pona, el Jardín de Guadalupe, el jardín del Obraje, la plaza fundadores, por mencionar algunos, donde los mismos habitantes, no estaban tan conformes con el desempeño de la forma de gobernar de los líderes de las cucarachas y les atribuían problemas de invasión de otras plagas en parques y jardines como son chapulines, gatos y perros callejeros que traen problemas de alimentación y salud entre los vecinos de la ciudad.

El candidato del partido de las cucarachas para esta ocasión no era alguien muy conocido o diestro en el arte de la palabra, es más, cuentan las malas lenguas que fue una selección y dedazo del gobernador, que ni siquiera era de esta ciudad y que además era o una mariposa o una hormiga vestida de cucaracha.

Bueno a lo que íbamos…. Después del cierre de campaña donde había de todo desde grupos inconformes a aquellos que apostaban el todo por el todo; unos días después se dieron las elecciones, a la cual aunque no fue con una concurrencia muy marcada, si reflejo un interés a la cual pasaban chinches, piojos, gusanos y todo tipo de artrópodos de la región a votar y que querían ver  a su parque convertido en ese lugar de esperanza que tanto había anunciado el candidato.

Como era de esperarse las elecciones lo ganaron los pinacates y las cucarachas perdieron, aunque estas últimas tenían el mando en la gubernatura, le darían otros tres años para replantear sus objetivos. La sociedad se sentía esperanzada del nuevo cambio, esperando que su nuevo ganador diera coherencia entre sus palabras y sus acciones.  


En fin ya saben cómo son las campañas con dimes y diretes que hacen de este juego político entretenido como un juego de ajedrez y que despierta la esperanza en los nuevos ciudadanos que esperan que los más preparados puedan tomar las mejores decisiones para un mejor desarrollo social, urbano y económico en su entorno, del cual puedan sentirse felices, plenos y seguros, que es el verdadero sentido y significado en esencia de la política “un quehacer ordenado al bien común”.