jueves, 28 de agosto de 2014

La Barbie de Infonavit

El frio de la mañana me empezaba a molestar, creo que era domingo porque empecé a escuchar mucho barullo de la gente que empezaba a arrimar sus cosas para ponerlas en el tianguis de la línea de fuego. En estas celdas de esta delegación de policía, lo menos que uno tiene es privacidad, ya que se escucha de todo, creo que era domingo…, porque entre semana normalmente en estos rumbos está muy callado todo, solo los domingos cobra vida el tianguis… En fin… tengo mucho frio y me duele mucho el cuerpo.

-Solovinooo !!!! sigues ahí?-

- Guauuu, Guauuu  -

- Aquí sigo, cualquier cosa me hechas un grito !!-

-Guauuu, Guauuu –

            Ese solovino… siempre ha estado conmigo en todas partes, recuerdo que el día que lo encontré, fue el día de Andrea nació…. cómo no recordarlo hace 7 años, cuando mi esposa estaba dando a luz ahí en el hospital de la mujer por tercer anillo de circunvalación, y las cosas se complicaron en el parto y el doctor llegó a mí a decirme su esposa o el bebe, yo conteste apresuradamente que mi esposa, pero ella ya había decidido salvar a la criatura.

            Recuerdo que cuando vi a Andrea con sus manitas tan pequeñas y tiernas, y sus ojos chinos, como princesa tapatía, me sentía terrible porque no iba  tener madre la niña, creo que nadie debería de pasar por algo así menos una criatura tan pequeña.

            Al salir del hospital con Andrea entre mis brazos, todos los familiares estaban arreglando el papeleo y yo no entendía de qué me hablaban, solo sé que miré hacia la avenida y en eso .… ví como iba cruzando una perrita con 4 cachorros, de repente, un camión Urbano ruta 50, que  atropella a la perra  y choca con el poste ocasionando un caos ya que el poste derrumbó el semáforo y tapo la circulación ocasionando otros choques estilo carambola.

            En fin, cuando el camión atropello a la perra vi como los perritos también eran aventados, me acerque a ver qué podía hacer y encontré un perrito llorando y aullando al lado de su madre, el perrito llamaba a su madre con tal melancolía y ella no le respondía, los demás hermanitos no corrieron la misma suerte que él, ya que se encontraban sin vida, levante al cachorro y le dije también te quedaste sin madre igual que Andrea, y ahí estoy con mis dos criaturas, un perro en la mano izquierda y una niña en la mano derecha.          

            De ahí pa delante las cosas no han ido nada bien, perdí mi empleo, me endeudé y perdí mi casa de la colonia San Marcos, ahora rento en Pilar Blanco un departamento muy pequeño cerca de mis padres, y para colmo antier que estaba en la cantina que el menso del Juan me hecha pleito por una cobranza de un dinero que le debía y hasta la poli llego y nos llevó a los dos a la delegación, y lo peor es que no sacan en sábado de aquí.., ni en domingo.., ahora a esperar para el lunes.

            Lo malo de todo esto es que hoy es 24 de Diciembre y mi nena está de seguro con mis papas y no tengo ni para un regalo para ella…. esta suerte obrera que tengo…

             Al poco tiempo se escucho la voz del Policía:
-TU !!! , Órale para fuera y derechito a tu casa que es 24 de Diciembre y no me quiero quedar haciendo guardia en esta noche por tu culpa.

Rápidamente corrí de los separos de la delegación y Solovino iba tras de mí, de pronto se me vino a la mente la imagen de mi hija preguntando que le iba traer el niño dios y me detuve de pronto, y empecé a caminar más despacio, di algunas vueltas por la cuadra del templo de la virgen de san Juan queriendo encontrar una solución.

Un poco desesperado intenté pedir dinero para comprarle algo sencillo, en eso una señora me da un billete de a veinte, al parecer mi facha favoreció tal acto diciéndome -Ten mijo pa que te heches un taco - ; caminando por la calle veía el billete y pensaba que aunque fuera unas ligas para el pelo o un collarcito de fantasía le compraría con esos 20 pesos a Andrea.

Pero sin pensarlo Solovino que me arranca el billete de las manos con su hocico y pego tremenda carrera que parecía que había visto al mismísimo chamuco, ¡órale perro loco!, ¡ven para acá que no tenemos tiempo para jugar! , corrí tras de él solovíno y este saltó a un contenedor de basura de esos amarillos de las esquinas, al llegar al contenedor empecé a regañar y gritarle al perro, en eso me dí cuenta que dentro se encontraban unas muñecas regadas en una caja dentro del contenedor de basura; muñecas de esas barbies algunas sin vestidos o sin algunas partes, agarré la caja para mirarlas más de cerca y recordé que en la secundaria fui el único de los hombres que entré al taller de corte y confección y eso fue por mis bajas calificaciones, y dije  para algo me debía de servir en la vida... este es el momento.

Fui a la casa de la comadre ahí por Fundición y le pedí que me prestara hilo y aguja para arreglar los vestidos de las muñecas, jabón y agua para bañarlas,  las lavé, las arregle y de todas las muñecas que no servían  quedó solo una  muy bien arreglada con 7 hermosos vestidos.

La envolví con papel celofán  color rojo y fui corriendo a la casa a ver a  mi princesa. Al llegar a la casa, Solovino anuncio nuestra llegada con ladridos por todo el edificio que lleno de alegría nuestra casa.

En la noche dejé el regalo bajo el árbol de navidad, y en la mañana siguiente Andrea viene conmigo diciéndome –Esta muñeca es igualita a mi madre !!!-, le respondí que como sabia eso si nunca la conoció, y ella respondió, - Cada noche Mamá me visita en mis sueños para darme un beso de buenas noches-, a lo cual respondí con un beso y un abrazo.

A la mañana siguiente Andrea se encontraba jugando con sus amigas en la calle, con los recién nuevos regalos de navidad, se le veía feliz y contenta, mientras tanto yo me preguntaba que iba a ser de mi futuro laboral, en eso entra Andrea y me dice, - Papa a Tania se le rompió el vestido de la muñeca mientras jugábamos, ¿puedes arreglarlo?-, a lo que en un segundo empecé a trabajar en arreglar el dicho vestido y claro está quedo como nuevo !!!.


Lo que más me sorprendió es que desde ese día más y más gente me viene a buscar para arreglar sus muñecas, tanto que he tenido que poner un local al cual le puse “Hospital de Barbies” en la calle victoria, casi con Valentín Gomez Farias en el centro de la ciudad.    




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